Juan Antonio Sobalvarro vivía en las calles y se alimentaba de desperdicios en México. El muchacho de 28 años estaba desorientado y tenía heridas tras aparentemente ser golpeado por desconocidos en la ciudad de Veracruz.
Sobalvarro es originario de El Cua, Jinotega, y fue auxiliado por unos buenos samaritanos que lo llevaron a un albergue, lo bañaron, le curaron las heridas y le dieron ropa limpia. Posteriormente se comunicaron con una organización, que a su vez logró contactar a su familia en Nicaragua.
Para la señora María Sobalvarro no hay deseo más grande que poder reencontrarse con hijo, el cual salió del país en busca de mejores condiciones de vida, pero lo que encontró fue un calvario.
Jamenber